viernes, 3 de julio de 2009

CEGUERA


"Ensayo sobre la ceguera" es una novela, una oscura novela, escrita por José Saramago publicada en 1995. La novela relata una extraña epidemia que azota la sociedad de una especie de ceguera espontanea. Diez años después la novela fue película.

Las espidemias están en boca de una buena parte de la generalidad de la población argentina por estos días, y seguramente lo estarán, por lo menos, un par de meses más. Paranoia A. Es la ceguera y el miedo, la epidemia que sufre la Argentina.

Y es que el fascimo opera através del miedo, el fascismo mediatico, miedatico. Porque cuando entramos en pánico, porque nos hiperinflacionen, porque nos malinfuenzen, nos engripen, estamos dispuestos a aceptar cualquier cosa (o cualquier demonio, cualquier culpable), cualquier barbaridad, cualquier cosa bárbara. Que se vaya Alfonsín, que se vaya Cristina, que llegue Menem, que llegue Macri. Las reformas de los noventas no se podrían haber llevado a cabo si no precedía el caos, porque en el medio del caos la sociedad está dispuesta a aceptar cualquier cosa. Y se viene el implantamiento del Kaos por parte del Grupo Clarín, apoyado por la Sociedad Rural y los grandes laboratorios como Roche, para restituir el imperio del mercado, el imperio del lucro por doquier, el imperio de la salud comerciada, el imperio de la educación mercantilizada, el imperio de la explotación al amparo de los derechos de propiedad privada. El pisoteo que cinicamente legitimam los "derechos de propiedad".

Y ha explotado junto con los resultados eleccionarios del domingo 28 de junio. Es el fascismo del Grupo Clarín, lo que ganó el domingo pasado. Este domingo pasado, se sigue consumando lo que se viene diciendo en este blog desde sus orígenes: la ascención de la derecha en la Argentina, el advenimiento de Macri a la presidencia, el fascismo cholulo de De Narvaéz al poder. Tinelli al poder. Esta es, amigos míos, la decadencia argentina en todo su tenor.


(Capusotto en Córdoba: "Claro que Micky Vainilla es PRO, representa eso")

Y vuelvo a repetirlo, porque ha habido lectores que me han tratado de alarmista, o minimizan el crecimiento del PRO. Antes era "hay que ver como maneja la ciudad", "ganó, ¿cómo vas a criticar a la mayoría?", ahora es, "no tiene estructura nacional, lo importante es que venció a los K". Y creo que son miopías, porque en estas elecciones ha quedado demostrado como una combinación de estructura del peronismo de derecha y de gran cuñado, puede ganar una elección. Que el PRO haya ganado en Provincia de Buenos Aires es algo terrible, porque fue la prueba piloto de que se puede transar un aparato del PJ, de los sectores más derechosos del PJ, y ganar en el districto más, eleccionariamente, importante del país. Sumando el aparato delasotista en Córdoba (y no extrañaría que Juecista también), el de Reutemann en Santa Fe, lo que ya se saca en Capital, más una victoria en Provincia y requechos del resto de provincias (Romero en Salta, Sosbich en Neuquen, etc.); se gana una elección presidencial. Sólo hay que seguir contratando a los mercenarios de los medios.

Y yo respondía en los orígenes del crecimiento del fascismo macrista, donde se me trataba de intolerante por no sucumbir al "autoritarismo de las mayorías", de que esto debía decirse: primero porque en democracia, existe el derecho a expresarse, por lo menos de las minorías; y segundo, porque en un país donde la memoria es tan fugaz, alguien tenía que decirlo. Porque en el 2011, cuando la derecha haya llegado y nos encontremos con más menemismo de lo mismo, hay que recordar, por lo menos alguien lo dijo. Soy sólo un hombre. Y había que decirlo cuando abrió este blog y hay que seguir diciendolo ahora: un diploma de PELOTUDO, para el que creyó que con Macri se venía una argentina nueva. Se viene el ultramenemismo, se viene mucho peor de lo mismo, como YA HAY (y escuetamente hemos testimoniado), mucho peor de lo mismo en la Ciudad de Buenos Aires: cierre de comedores, de centros culturales, precarización docente, cierre fascista de puertas de hospitales, persecusión, "para- policía" y represión. Es la Decadencia Argentina.


(Contratapa de Revista Barcelona - 2007)



Los kirchneristas ya estan entrando en período de adelantada nostalgia. Se llenan los ojos de lágrimas recordando que se enjuiciaron a los genocidas de la dictadura, de que se nacionalizó Aerolineas, de que se nacionalizaron las AFJP, de que se sacó el cuadro de Videla, de que nos acercamos a los hermanos latinoamericanos, de que se esbozó una Ley de Medios democrática. "Esto es lo más parecido a una primavera que hemos vivido", gimen Lucas y Hernán Tejerina, poetas cordobeces. Y es que se vienen tiempos dificiles para los poetas, para los artistas, para los cientificos, para la educación, como ya se siente en la Ciudad de Buenos Aires. Se vienen tiempos de mediocridad, se vienen tiempos de Pizza y Champán, se vienen tiempos de nuevas Ferraris, de mucho más Tinelli, de mucho más Legrand, de mucho más Grondona. De mucha más banalidad, de mucha menos cultura, de mucho menos arte. De mucha brutalidad bajo un discurso eficientista, que los medios no perderán tiempo en implantar.

Se vienen tiempos de mucho fascismo, de mucha persecusión a los artistas, a los cientificos. Se vienen tiempos muy duros para los cronopios. Y es relativamente poca la gente que lo ve. Epidemia miedatica, epidemia de ceguera.



domingo, 12 de abril de 2009

Los "para" de Macri, los neo-nazis en el Pro

Los veintiséis pesados de Macri

Se especializan en desalojar a indigentes de espacios públicos y de edificios. Su característica es “tener calle”, su legalidad es tenue, sus uniformes son oscuros y sus acciones ya terminaron en la Justicia por varias denuncias. Los nombres y los antecedentes de los pesados que hacen tareas sucias para el PRO.

Por Gustavo Veiga (Página/12)

La Unidad de Control del Espacio Público porteña (UCEP) que participa en operativos nocturnos contra personas en situación de calle y desalojos compulsivos en edificios ocupados por familias humildes, tiene veintiséis integrantes y un arrepentido que se vio obligado a abandonarla después de recibir una paliza de algunos compañeros, según se desprende de un listado al que accedió Página/12. Luis Savoiardo, alias el Tano, conduce de facto esta patota. Es uno de los empleados que en junio del año pasado participó de una gresca cuando el gobierno de Mauricio Macri intentaba desalojar las carpas kirchneristas de Plaza Congreso. En total, son cuatro los Savoiardo que forman el grupo: Jonathan, árbitro de las Divisiones Inferiores de la AFA; Marcelo, almacenero, y Romina, la única mujer de la unidad que depende del ministro de Ambiente y Espacio Público, Juan Pablo Piccardo. También hay choferes de camiones y colectivos, un zapatero, un verdulero y un instalador de membranas de techo.

Los miembros de la UCEP pertenecen a la planta transitoria del gobierno porteño, cobran sueldos que rondan los 1200 pesos y fueron reunidos en esa unidad gracias a un decreto firmado por Macri, Piccardo y el ministro de Hacienda Néstor Grindetti. Desde el 11 de marzo pasado otro decreto los reubicó dentro de la Dirección General de Ordenamiento del Espacio Público del Ministerio de Ambiente y ahora quedaron a las órdenes del ingeniero Jorge Cristian Polini, ex director de Compras y Contrataciones del gobierno, quien reemplazó al abogado Fabián Rodríguez Simón.

Cuando se difundieron los ataques de la UCEP a indigentes en parques, plazas y umbrales de edificios, bajaron considerablemente el perfil, aunque no dejaron de actuar de modo intimidatorio. En la página oficial del gobierno de la ciudad figura que tienen su base en Diagonal Norte 570, pero en realidad ocupan un sector del quinto piso en el Edificio del Plata, ubicado en Carlos Pellegrini 291.

La diputada Liliana Parada, de Igualdad Social, los denunció en la Justicia y dice que reparó en la UCEP después de leer una frase que la impactó a fines de 2008: “Son civiles que tienen calle y no tienen miedo de hacer ese trabajo”. Desde entonces acumula datos, los cruza con nuevos que va recibiendo y espera que avance la investigación que abrió la Fiscalía de Instrucción N° 26 en la causa “Macri, Mauricio y otros sobre amenazas con armas o anónimas”. Tener calle, según ellos, sería un requisito indispensable para tratar como tratan a los que viven en ella.

Pero en la UCEP también la pasan mal quienes se rebelan puertas adentro. En el Edificio del Plata, uno de sus integrantes, cansado de ciertos manejos del “Tano”, le intentó poner un límite a su poder. Por toda respuesta le propinaron una buena cantidad de golpes y dejó de pertenecer al grupo que luce ataviado con uniformes oscuros cuando sale a recorrer Buenos Aires. Se puso a resguardo en otra repartición del gobierno porteño y por ahora conserva su anonimato.

Tampoco continúa en la UCEP su ex coordinador Matías Lanusse, quien se reportaba a Rodríguez Simón, el ex jefe de Gabinete del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, quien se le había anticipado con su renuncia en diciembre. Este último es el mismo que irrumpió el 23 de junio de 2008 en la Plaza Congreso para desalojar las carpas kirchneristas junto a Luis Savoiardo, cuando todavía no se había constituido la UCEP, que se crearía el 29 de octubre mediante el decreto 1232/08. Rodríguez Simón terminó salivado por los militantes que apoyaban la política del gobierno nacional en el conflicto con los sectores agropecuarios y su subordinado con un ojo lastimado en los forcejeos que transmitió en directo la televisión.

Además del Tano, de quien sería su hermano Marcelo, Jonathan y su sobrina Romina Savoiardo, completan la nómina de la UCEP, Claudio Apecetche, Alejandro Maximiliano Arismendi, Ramón Adrián Barroso, Carlos Alberto Cabrera, Rodrigo Maximiliano Carrizo, Sebastián Andrés Castillo, el camionero Alfredo Javier Cuadrelli, Victorio Pedro De Cillis, el reparador de calzados y marroquinería Carlos Alberto Failde, Gustavo Fabián Fernández, Marcelo Damián Fernández, Juan Pablo Motta, el comerciante gastronómico Gustavo Adrián Ordóñez, Daniel Francisco Pagano, Daniel Héctor Pizarro, Marcelo Alejandro Reina, Ramón Alejandro Rodríguez, Gabriel Epifanio Romero, Gabriel Angel Ruiz, Diego Emiliano Sansanelli, el chofer Juan Manuel Superno, Eduardo Oscar Tassano y Damián Vieitez (su apellido está mal escrito en el listado del gobierno porteño que completa el ex coordinador Lanusse).

En promedio tienen 35 años y un tercio de ellos vive en el partido de La Matanza. La mayoría son de contextura física respetable, aunque no poseen el físico intimidatorio de los patovicas y lo que niegan es que haya barrabravas entre ellos. Militantes del movimiento social Aukache, que sufrieron agresiones, amenazas y detenciones en un desalojo de Paseo Colón 1588 el 27 de febrero, sostienen lo contrario. Dicen que en la patota hay por lo menos un barra de San Lorenzo.

Si infunden temor en los operativos que realizan es porque, además, visten ropa oscura y unas gorras con visera que les dan cierto aire policial. Angel Cabrera Cánepa, un indigente que vive debajo de la autopista sur, junto a la iglesia Corazón de María, frente a Plaza Constitución, recuerda que cuando lo atacaron mientras dormía, “vinieron como 25 a 30 personas, todas de negro, con coches particulares, camionetas particulares y camiones. Si querían me cargaban todo. ‘Te damos plazo hasta mañana, así agarrás todo y te vas’, me dijeron. Pero no vinieron más”.

El decreto 1232/08, en su anexo 2/13 le atribuye como funciones a la UCEP: mantener el espacio público libre de usurpadores por vía de la persuasión y la difusión de la normativa vigente y las sanciones correspondientes; colaborar operativamente en mantener el orden en el espacio público; colaborar operativamente en el decomiso y secuestro de elementos, materiales y mercaderías acopiadas ilegalmente en el espacio público o utilizados para realizar actividades ilegales en el espacio público. La persuasión, de acuerdo con las denuncias presentadas en la Defensoría del Pueblo de la ciudad y publicadas en este diario el 8 de marzo, no sería una de las características salientes del grupo.

La diputada porteña Parada amplió su denuncia original contra la UCEP a principios de marzo y señaló en ella que su accionar “pone en evidencia que este decreto (por el 1232) habilita a un funcionamiento irregular de una ‘fuerza de tareas’ que de modo deliberado actúa en la ciudad de Buenos Aires con funciones ilimitadas conculcando derechos constitucionales de la ciudadanía”.

Asimismo, cuestiona la legitimidad del decreto ya que “como el ladrón de joyas que de un collar día a día sustrae una perla del mismo, el decreto 1232/08 habilita la posibilidad de provocar todos los días hechos delictivos, donde las libertades de los ciudadanos y habitantes de la ciudad de Buenos Aires se ven ampliamente cercenadas”.

“Lo que cuenta la gente es que en la época de Ibarra también estaban”, coinciden algunos legisladores que quisieron interpelar a Piccardo sin éxito por este tema (ver aparte). Uno de ellos, el propio Aníbal Ibarra, cuando fue consultado por este diario sobre si durante su gobierno había existido algo semejante a la UCEP, respondió: “Hasta donde conozco, las mismas personas que ahora integran este grupo estaban desperdigadas en distintas dependencias y Macri las juntó mediante un decreto”. Uno de los miembros de la unidad, en declaraciones que le formuló en noviembre al diario Perfil, lo corroboró en parte: “Empezamos a trabajar con Ibarra y Epsztein (por Eduardo, el actual diputado) pero ahora estamos mejor porque Mauricio nos blanqueó”.

La UCEP intervino en el desalojo violento de personas en condición de calle en distintos parques y plazas porteños, desde Barrio Norte hasta Congreso, lo hizo en un edificio de la avenida Paseo Colón 1588 habitado por cien familias y se encargó de vendedores ambulantes en la zona de Retiro en operativos coordinados por el Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) de la ciudad, entre otros episodios. Desde que sus incursiones nocturnas quedaron expuestas como si fueran a la luz del día, el grupo se mueve ahora con más sigilo y acompañado de una ostensible presencia policial. Este diario hizo consultas con militantes sociales de los barrios de San Telmo, Constitución y la Boca donde había actuado la patota y en ninguno de ellos volvieron a notar su presencia. Eso no significa que en cualquier momento vuelvan a aparecer enfundados en su ropa negra y con las gorritas que dicen UCEP.